AUGUSTO ALVAREZ RODRICH Y LOS CAÑONES CON MANTEQUILLA
QUE NO LO DEJAN DORMIR
Comentario a su artículo publicado en el diario Perú 21 de sus patrones;
LOS CAÑONES Y LA MANTEQUILLA
Quizás uno de sus mayores sueños fue abrazar la carrera militar, la de su padre, honorable Comandante de la otrora Fuerza Aérea del Perú, cuando estaba en capacidad de garantizar la defensa nacional, hoy desarmada; y sin ninguna posibilidad de garantizar nada; institución en la que creció y se educo, nada menos que en Colegio FAP José Quiñónez Gonzáles ( tercera promoción); vaya Usted a saber por que, hoy se ha convertido en enemigo de las FFAA; quizás la mantequilla en el cañón le traiga a la memoria algún mal recuerdo que lo ha afectado en demasía, o quizás alguna desviación contra lo natural, que hubiera sido seguir los pasos de su padre lo haya llevado a odiar sus orígenes. Estas no son mas que conjeturas, como buen periodista, secundario, no por malo, sino por que dirige un diario que no vale ni un sol, codeándose con los "antes" diarios chicha, para no ofenderlos, no podamos decir que es un periodista de primera.
Como buen economista su primigenia profesión es un buen periodista, casi como decir que ni lo uno ni lo otro, lo que sí ha logrado juntar en su petirrojo matutino, en el que funge de director, aún cuando solo cumple las ordenes de sus patrones, un florido ramillete de rojos finos, entiéndase mejor CAVIARES, de esos que se rasgan las vestiduras por los pobres, pero que viven mejor que los ricos; rojimios variados de diferentes tonos, pero ROJOS, no todos pero su tendencia es de hecho el rábano; no entraremos en detalles que lo desvisten, basta con mencionar al extraordinario historiador Nelson Manrique, pero que lamentablemente forma parte del IDL, de conocida tendencia y trayectoria.
Para que un periodista tenga absoluta credibilidad, debe ser en principio independiente, debe ajustarse a los hechos, por lo tanto honesto, amen de otras tantas virtudes, quizás desconocidas para el fabricante de alfajores, en cuestión.
Leamos lo que dice: "la eficiencia en las fuerzas armadas no se conseguirá comprándoles más juguetes, sino realizando las reformas que han sido postergadas por la propia presión castrense, las cuales deberían conducir a una mucho mayor transparencia y honestidad en el uso de los recursos"; como siempre tal vez este señor pensó que nadie lo leería, excepto sus adeptos que le hacen el coro celestial; primero que por lo expresado, no tiene ni idea de lo que significa una "fuerza armada eficiente", tampoco se trata de desasnarlo, perdón a veces ya es imposible pretender enseñarle a los mayorcitos; sin embargo no sería mala idea que aclare ese término; las guerras se ganan en el campo de batalla y con armas, no sentado en un escritorio mandando a sus huestes a luchar contra la democracia y el estado de derecho (los terrucos); "las reformas postergadas por presión castrense", otra mayor candidez, si sus pares o mejor dicho sus correligionarios están en el Ministerio de Defensa, a quienes debería criticar es a ellos, por no ejecutar las reformas. Respecto de la transparencia y la honestidad sería mejor ni mencionarla, de ella no se salva nadie, lamentablemente.
La manipulación de la información, la tendenciosidad y el ocultamiento de la verdad, castran la profesionalidad y la mediación plural e independiente del periodista, en todo caso apenas le va el título de chismoso.
Los cañones y la mantequilla
El viejo dilema de Paul Samuelson, tropicalizado.
Autor: Augusto Álvarez Rodrich (Perú 21)
Quizás uno de sus mayores sueños fue abrazar la carrera militar, la de su padre, honorable Comandante de la otrora Fuerza Aérea del Perú, cuando estaba en capacidad de garantizar la defensa nacional, hoy desarmada; y sin ninguna posibilidad de garantizar nada; institución en la que creció y se educo, nada menos que en Colegio FAP José Quiñónez Gonzáles ( tercera promoción); vaya Usted a saber por que, hoy se ha convertido en enemigo de las FFAA; quizás la mantequilla en el cañón le traiga a la memoria algún mal recuerdo que lo ha afectado en demasía, o quizás alguna desviación contra lo natural, que hubiera sido seguir los pasos de su padre lo haya llevado a odiar sus orígenes. Estas no son mas que conjeturas, como buen periodista, secundario, no por malo, sino por que dirige un diario que no vale ni un sol, codeándose con los "antes" diarios chicha, para no ofenderlos, no podamos decir que es un periodista de primera.
Como buen economista su primigenia profesión es un buen periodista, casi como decir que ni lo uno ni lo otro, lo que sí ha logrado juntar en su petirrojo matutino, en el que funge de director, aún cuando solo cumple las ordenes de sus patrones, un florido ramillete de rojos finos, entiéndase mejor CAVIARES, de esos que se rasgan las vestiduras por los pobres, pero que viven mejor que los ricos; rojimios variados de diferentes tonos, pero ROJOS, no todos pero su tendencia es de hecho el rábano; no entraremos en detalles que lo desvisten, basta con mencionar al extraordinario historiador Nelson Manrique, pero que lamentablemente forma parte del IDL, de conocida tendencia y trayectoria.
Para que un periodista tenga absoluta credibilidad, debe ser en principio independiente, debe ajustarse a los hechos, por lo tanto honesto, amen de otras tantas virtudes, quizás desconocidas para el fabricante de alfajores, en cuestión.
Leamos lo que dice: "la eficiencia en las fuerzas armadas no se conseguirá comprándoles más juguetes, sino realizando las reformas que han sido postergadas por la propia presión castrense, las cuales deberían conducir a una mucho mayor transparencia y honestidad en el uso de los recursos"; como siempre tal vez este señor pensó que nadie lo leería, excepto sus adeptos que le hacen el coro celestial; primero que por lo expresado, no tiene ni idea de lo que significa una "fuerza armada eficiente", tampoco se trata de desasnarlo, perdón a veces ya es imposible pretender enseñarle a los mayorcitos; sin embargo no sería mala idea que aclare ese término; las guerras se ganan en el campo de batalla y con armas, no sentado en un escritorio mandando a sus huestes a luchar contra la democracia y el estado de derecho (los terrucos); "las reformas postergadas por presión castrense", otra mayor candidez, si sus pares o mejor dicho sus correligionarios están en el Ministerio de Defensa, a quienes debería criticar es a ellos, por no ejecutar las reformas. Respecto de la transparencia y la honestidad sería mejor ni mencionarla, de ella no se salva nadie, lamentablemente.
La manipulación de la información, la tendenciosidad y el ocultamiento de la verdad, castran la profesionalidad y la mediación plural e independiente del periodista, en todo caso apenas le va el título de chismoso.
Los cañones y la mantequilla
El viejo dilema de Paul Samuelson, tropicalizado.
Autor: Augusto Álvarez Rodrich (Perú 21)
Ando buscando algún proyecto del congresista Luis Giampietri que me parezca positivo con el fin de no dar la impresión de que me opongo a todas sus propuestas, pero, mientras tanto, no puedo dejar de criticar su última iniciativa para crear un nuevo canon para las fuerzas armadas, por la sencilla razón de que esto es descabellado cuando muchos peruanos se mueren de hambre.Lo que el también vicepresidente de la República ha propuesto, desde la Comisión de Defensa Nacional del Congreso, es la creación de un nuevo canon a la explotación de yacimientos mineros o energéticos para el fortalecimiento del Fondo de Defensa Nacional.Según el presidente de dicho grupo parlamentario, Édgar Núñez, se trata de una iniciativa magnífica, oportuna y viable que permitirá modernizar los equipos de las fuerzas armadas y financiar, en el mediano plazo, los S/.5 mil millones que –en su opinión– se necesitan para lograr un equilibrio militar en la región. Agrega que con estos recursos “las fuerzas armadas podrán tener un nivel de eficiencia muy alto” para resguardar el territorio y, de yapa, atender emergencias y desastres naturales.Núñez no puede estar más equivocado. Esos S/.5 mil millones no traerán el equilibro militar con Chile –que es lo que seguro está en la mente del legislador–, y la eficiencia en las fuerzas armadas no se conseguirá comprándoles más juguetes, sino realizando las reformas que han sido postergadas por la propia presión castrense, las cuales deberían conducir a una mucho mayor transparencia y honestidad en el uso de los recursos.Además, las fuerzas armadas ya reciben unas regalías del gas de Camisea que generan recursos crecientes por el mayor dinamismo de esta actividad.La iniciativa de Giampietri tendría sentido si es que no tuviéramos los niveles vergonzosos de pobreza que tenemos. La prioridad de la seguridad nacional debe ser, en el momento actual, promover una población mejor educada, menos enferma, mejor nutrida.Todo esto lleva a preguntarnos, otra vez, ¿de qué gobierno es Giampietri vicepresidente? ¿coordina con este, o su partido son las Fuerzas Armadas? Y, también, a pensar que, con este vicepresidente, un indicador relevante del futuro del país es la salud del presidente Alan García.
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